Esa policía verde está verde
“Nos entrenan para garantizar la seguridad social, no para mantener
la paz social”, dice un policía. Es de las Fuerzas Especiales de
Carabineros y se ha pasado los últimos meses movilizado, como los
estudiantes. Pintura, piedras y palos durante semanas. No va a dar su
nombre. Para qué más golpes.
Es uno de muchos. Aunque son minoría, en FF.EE. hay gente que está
preocupada de lo que está pasando. Y que tiene un diagnóstico crítico
que se extiende hasta a cómo se están formando hoy los policías en sus
escuelas: “le están dando un énfasis a la formación para enfrentar
desórdenes, por sobre la prevención”, dice uno de ellos.
Pero la formación es problema del futuro. Y a los policías de FF.EE.
les interesa uno más próximo. Por ejemplo, el que se enfrentan todas las
mañanas de movilización en que –sorpresa- no saben a qué van cuando se
suben al bus verde y enrejado que los lleva adonde el mando lo dispone.
Lo vivieron el año pasado. Dice uno: “no había una planificación de
los turnos, porque agarraban a los polis y los subían a la micro, pero
no les decían donde iban. Muchas veces llegaban a un lugar y se pasaban
horas sin hacer nada. Sólo esperando, sin comer y durmiendo arriba del
bus”.
Este año no ha sido distinto. No hay planificación de “los
servicios”, como llaman en Carabineros a los planes operativos. Y si la
hay, apunta otra fuente de la policía, se hace sólo para un resguardo
burocrático –a veces hasta después de ocurridos los hechos. En cualquier
caso, nunca los ejecutores de un plan llegan a saberlo.
“Nos forman y nos dividen por grupos. Nada más”, explica un policía.
“Nos forman y nos dividen por grupos. Nada más”, explica un policía.
Sólo así, apuntan, se pueden explicar los fracasos en el lanzamiento
del documental de Pinochet y en la última marcha de los escolares, que
dejó tres buses quemados. Para ambos chascarros hubo semanas para
planificar pero, en el caso del evento pinochetista, no se establecieron
formas para que la gente saliera con seguridad y, con los estudiantes,
la preocupación estuvo en mantener controlada Plaza Baquedano, sin
fijarse en lo que ocurría a escasas cuadras, en Bustamante.
-Lo del lunes en el Nacional es lo mismo. Les dijeron que cuidaran el
liceo y no hallaron nada mejor que meter un bus adentro –agrega otro
policía.
Para qué hablar de las condiciones. Los policías se quejan de
trabajar en exceso y de mala alimentación. Cuando hay disturbios, no
comen. Acá y en regiones, donde suelen trasladarlos. “A muchos de los
FF.EE. de Santiago se los llevaron al sur y allá también la pasaron mal.
En Ercilla, muchas veces sólo se comen una vienesa al día y nada más.
Además no tienen dónde ir al baño”, acusa otro.
En la calle, cuando están ocurriendo las cosas, las críticas apuntan
al mando. En Santiago, esas críticas tienen nombre: el coronel Víctor
Tapia Huenchullán, prefecto central que antes estaba a cargo de las
FF.EE. y que hoy suele presentarse en terreno como un policía más,
interfiriendo a los oficiales que hoy se encuentran al mando de las
FF.EE. En Youtube existe un video del año pasado que lo muestra
disparando una carabina lanza gases en la Alameda. “El prefecto debiera
estar mirando las cosas desde otra perspectiva, dirigiendo. No tirando
lacrimógenas al voleo”, dice un ex policía. El video se llama Carabinero
enajenado y en él aparece otro funcionario de Carabineros que por estos
días ha tomado triste fama: Baris Ratkevicius.