26 de julio de 2012
Las redes y el estilo del Padre John O’Reilly
Consiguió que Guillermo Luksic
donara un millón de dólares a la Universidad Finis Terrae y Eliodoro
Matte un cerro en La Dehesa. Oficia los matrimonios, bautiza, asiste
espiritualmente y veranea junto a sus feligreses top. “Esto es como
morir en vida”, le dijo ayer uno de sus amigos empresarios. El terremoto
en el colegio donde tienen matriculados a sus hijos Pablo Longueira,
Juan Antonio Coloma, Jorge Andrés Saieh y Gabriel Ruiz-Tagle no alcanza
la magnitud del provocado por el fundador de los Legionarios de Cristo.
Es una réplica que se vive con más calma, incredulidad y, en algunos
casos, sin poner las manos al fuego.
Desde un “yo puse las manos
al fuego por Marcial Maciel; hoy no puedo” hasta un “no me calza, porque
lleva 30 años en Chile y han pasado tantas niñitas por el colegio”,
fueron las reacciones de los apoderados del Cumbres que ayer se
enteraron de la denuncia de abuso sexual en contra de John O’Reilly, el
sacerdote más conocido de los Legionarios de Cristo en Chile.
No hubo manifestaciones insolentes ni defensas cerradas como ocurrió
con Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, cuando se
hicieron públicas las denuncias por abusos sexuales reiterados en contra
de seminaristas de la orden.
La última actividad pública de O’Really fue en Las Brisas de Santo
Domingo, el condominio que en la zona central concentra el mayor poder
económico y tiene su propia iglesia. El fin de semana recién pasado
ofició misas el sábado y el domingo por ser período de vacaciones de
invierno así como lo hace durante el mes de febrero. Él se traslada
junto a su feligresía.
Entre los asistentes había muchos apoderados y alumnos del Cumbres,
quienes no vieron en él nada diferente. Le preguntaron con especial
preocupación por su salud: hace algunas semanas fue operado del corazón,
le hicieron cuatro by pass en la clínica Santa María, razón por la cual
no ha asistido al colegio desde el mes de mayo.
“El sábado estuve con él. Me dijo que pensaba que con los by pass
estaba listo, pero que el médico le había dicho que se podía morir
cualquier día”, cuenta un amigo del sacerdote y miembro del movimiento
laico Regnum Christi. El mismo que, desde el escándalo y condena del
Vaticano a Maciel, perdió un número importante de seguidores. De los 300
integrantes del grupo masculino adulto —llamado “señores”— quedan
alrededor de 100. El impacto en el de “señoras” fue menor: de las
aproximadamente 900, emigraron 200.
A esta fuente O’Really también le comentó que “siempre que vengo (a
las Brisas) la luz está prendida y la puerta abierta”, refiriéndose a la
casa frente a la iglesia donde aloja. Cosa a la que su amigo no prestó
mayor atención, pero que a la luz de los hechos cobra sentido.
Ayer, a las 00:49 AM, todos los apoderados del Cumbres recibieron un
correo electrónico informando que el colegio había presentado, a través
del abogado Rafael Errázuriz, un escrito ante la Fiscalía Regional
Oriente a raíz de la denuncia de la familia de una alumna del Cumbres
Femenino, quien habría sido víctima de abuso entre 2010 y 2012.
O’Reilly, el acusado, fue suspendido de sus funciones como guía
espiritual de la sección femenina hasta aclararse los hechos, agregaba
el comunicado.
Con su estilo alegre acompañado de comentarios livianos y frívolos del tipo “usted que es rubia le va a ir regio en la vida”, “ese regalo se lo trajeron de Miami, ¿por qué no de Nueva York?” lograba una cercanía que ningún otro sacerdote de la Legión conseguía con las alumnas. Ayer, uno de esos amigos lo llamó ayer por teléfono, lo escuchó llorar y decir “esto es como morir en vida”.
Mientras se sucedían las noticias —la declaración del Episcopado y la
querella de los padres patrocinada por el abogado Mario Schilling— un
grupo de apoderados más reducido recibió otro correo. Estaba firmado por
el abogado Felipe Bascuñán, amigo del sacerdote y jefe de un grupo de
meditación del Regnum Christi, y en este relataba que había conversado
con Errázuriz, el representante legal del colegio, y exponía lo que este
último le había informado. “El tema habría ocurrido hace dos años. El
Colegio pidió en ese entonces a la mamá que hiciera informe sicológico
de la niñita y que se lo presentara para ver medidas a tomar y veracidad
de lo que ella señalaba. Informe que llegó ahora, 2 años después”.
A renglón seguido agregaba que “se establecería que la mamá de la
presunta víctima le contó que a su nana la niñita le había contado que
el Padre John le había visto sus partes íntimas. La sicóloga no habría
obtenido de la propia niñita la versión, sino sólo de lo que la mamá le
contó que su nana le había dicho”. Versión que no contradice la querella
de la familia de la menor de seis años, ya que sostiene que la niña fue
entrevistada en diciembre de 2010, pero no presentó un relato
coherente, lo que impidió concretar una denuncia.
Este año, sin embargo, un nuevo relato de los hechos a otra
profesional motivó la acción legal en contra del sacerdote irlandés,
quien en 2008 recibió la nacionalidad chilena por gracia y cuya defensa
asumió Luis Hermosilla, abogado que también defendió a Claudio Spiniak.
En el caso Karadima su hermano Juan Pablo representó a las víctimas.
Ayer en el colegio eran públicos los nombres de los apoderados
denunciantes, quienes retiraron a sus hijos antes de comenzar el período
de vacaciones de invierno. “Es raro que si un hijo ha sido abusado
esperes un año y medio para sacarlo del colegio”, opina una profesora
del área preescolar que abarca a niños desde los dos a los cinco años.
”Feliz de ser amigo de los empresarios, personas maravillosas”
El Cumbres fue el primer colegio fundado por los Legionarios en Chile
en 1986. Partió con 60 alumnos que hoy son 2.500. Entre sus apoderados
se cuentan los ministros Andrés Chadwick, Pablo Longueira y Rodrigo
Pérez Mackenna, el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle; el
consejero del Banco Central, Sebastián Claro; el rector de la
Universidad del Desarrollo y director de Azul Azul, Federico Valdés, y
el abogado Fernando Barros, quien hace cuatro años perdió a una hija en
un accidente durante el viaje de estudios en el norte del país.
Otros militantes de la UDI que escogieron este establecimiento
ubicado en los faldeos cordilleranos son su presidente Juan Antonio
Coloma, y los ex diputados Marcela Cubillos y Rodrigo Álvarez, quien
ocupó las subsecretarías de Hacienda y Energía.
También tienen matriculados a sus hijos Pablo Echeverría, socio
fundador de Moneda Asset, y Jorge Andrés Saieh, presidente de Copesa
—dueña de La Tercera, Qué Pasa y el consorcio radial Dial— y miembro de
Generación Empresarial, grupo ligado a los Legionarios que apunta, según
su definición, a promover la ética en los negocios. Y Patricia y
Magdalena Larraín, las hijas de Patricia Matte, una de las socias de la
Papelera y abuela de otra de las niñas fallecidas en la gira de
estudios.
La lista no tiene todo el peso económico de los amigos empresarios de
O’Reilly. Basta nombrar a Guillermo Luksic, quien por su cercanía con
el sacerdote donó un millón de dólares a la Universidad Finis Terrae e
integró el consejo directivo en representación de los Legionarios cuando
se asociaron y luego se pelearon con los fundadores por el control de
esa casa de estudios, entonces dirigida por Pablo Baraona.
A él nunca le ha incomodado ser conocido como el cura amigo de los
empresarios. “Feliz de ser amigo de personas maravillosas, que rezan el
rosario, tienen sus misas los domingos y son muy generosos con los
demás. Ellos pagan impuestos, generan riqueza. Así ayudan a salir a los
países de la pobreza”, declaró alguna vez a El Mercurio.
Con Eliodoro Matte lo une relación aún más estrecha que se generó a
través de Pilar Capdevila, su mujer, fundadora del colegio Teresa de Los
Andes, en La Pincoya, al que asesoraba O’Reilly y cuya administración
tomó la orden en 2004. El dueño de la Papelera donó como aporte de
capital de los Legionarios a la Finis Terrae un terreno de 70 hectáreas
en La Dehesa conocido como el “cerro del medio” que, más tarde, fue
declarado área verde, lo que crispó los ánimos de los fundadores.
En ese capítulo se hizo evidente la llegada directa de O’Reilly a los
hombres de negocios más ricos del país. Por él aceptaron integrar el
consejo a nombre de la congregación Agustín Edwards, a quien el
sacerdote apoyó durante el secuestro de su hijo Cristián, forjando una
relación que mantiene hasta hoy; Juan Obach, ex socio de Iansa y actual
dueño de la segunda mayor fabricante de botellas de vidrio del país, y
Sergio Cardone, socio minoritario y director de Falabella, además de
Luksic y Matte.
Si hay que agregar más nombres a su agenda se completa el PIB:
Nicolás Ibáñez (D&S), Juan Eduardo Errázuriz (Sigdo Koppers y
hermano del Cardenal Francisco Javier), Reinaldo Solari (Falabella),
Alfonso Swett (Hush Puppies, Elecmetal e hincha de la Católica, el
equipo favorito del sacerdote), Roberto Piriz (brazo derecho del grupo
Yaconi-Santa Cruz), Gonzalo Martino (Copeval, CDF, Coppelia) y el
fallecido Javier Vial. Uno de esos amigos lo llamó ayer por teléfono, lo
escuchó llorar y decir “esto es como morir en vida”.
“Dejaba un despelote difícil de manejar”
Todas las mañanas recibía a los alumnos de preescolar y a sus padres a
la entrada del colegio. “Los invitaba a ir a misa, algunos niños
partían a la sacristía a esperarlo, corrían debajo del altar, le tiraban
la sotana y las mamás que se quedaban a rezar se ponían histéricas
porque en cualquier momento botaban el copón”, describe una parvularia.
Después los llamaba para ir a la oficina que ocupaba en el área de
administración. “Les decía vamos que les voy a dar caramelos y se los
pedía a la secretaria que tiene su escritorio al frente. Dejaba un
despelote difícil de manejar para las profesoras.”, explica la
parvularia y agrega que en el colegio las ventanas de las oficinas que
miran a los pasillos no tienen cortinas, porque está prohibido.
Con las alumnas de básica y media ocurría lo mismo. “Infringía la
disciplina, porque una iba a confesarse, se anotaba con la inspectora,
pero llegaba con su grupo de amigas. Y como se demoraba mucho en
atenderlas decía ‘relájate, te voy a dar un justificativo’. Todos los
profesores le alegaban, pero de esa forma conquistaba a las niñitas”.
Con su estilo alegre acompañado de comentarios livianos y frívolos
del tipo “usted que es rubia le va a ir regio en la vida”, “ese regalo
se lo trajeron de Miami, ¿por qué no de Nueva York?” lograba una
cercanía que ningún otro sacerdote de la Legión conseguía con las
alumnas.
Los jóvenes fueron su puerta de entrada. O’Reilly venía de paso a
Chile, su destino era Brasil, donde iba a clavar la primera bandera de
la Legión. “El éxito fue tan grande que lo dejaron en Chile”, cuenta un
ejecutivo que lo conoció hace 30 años cuando comenzaron a reunirse
alumnos del Tabancura (Opus Dei), Manquehue (Sagrados Corazones) y
Grange en una casa de los Legionarios en Providencia.
“A mediados de los 80, se acercó a la Universidad Católica y conoció a
Darío Paya, Rodrigo Álvarez y José Antonio Kast, del gremialismo. Y así
se acercó a la gente de la UDI. Sus primeras misas en la iglesia de
Juan XXIII se llenaban al punto que había parlantes afuera. Un cura
viejo de los Legionarios decía si se pudiera envolver al padre John y venderlo nos haríamos ricos”. No estuvo tan lejos.