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Publicado: 25 .05 .2012
El Hospital de Niños
Roberto del Río se emplaza en un parque que hoy comparte con el nuevo
Complejo Hospitalario San José, ambos centros de atención secundaria y
terciaria del área norte de Santiago. Como hospital infantil casi desde
su creación, hace muchos años ya, se ha preocupado de recibir y acoger a
los niños, y sus familias, de la forma menos agresiva posible,
intentando tener un acceso amplio, limpio y digno, para pacientes
autovalentes y no valentes.
Hace aproximadamente diez años, nuestro acceso fue cambiando
progresivamente. Primero se concedió permiso municipal para instalar
puestos en la estrecha vereda que une avenida Independencia con el
acceso principal del mencionado recinto asistencial. Hoy es imposible
que peatones con coches, sillas de rueda, muletas o cualquier apoyo
logren exitosamente llegar a la entrada principal usando la vereda
(diseñada y creada para circulación segura de peatones). Paulatinamente,
el alcalde, señor Antonio Garrido, también comenzó a autorizar y dar
patente municipal a puestos que inicialmente se establecieron en este
sector para la venta de artículos necesarios para pacientes
hospitalizados, los que actualmente venden ropa de dormir, bolsos,
carteras, ropa de abrigo, manteles y todo lo que cada uno pueda
imaginar. Con la llegada del Complejo Hospitalario San José a nuestro
costado y compartiendo el terreno, llegó comercio que vende comida
rápida (justo en el acceso de ambulancias a Urgencias del San José) y
juegos de azar. Más locales ocuparon la otrora amplia vereda, incluidos
estacionamientos para discapacitados.
Preocupados por el creciente circular de comerciantes autorizados que
bloqueaban más y más el acceso principal para peatones y vehículos, en
2011 enviamos, como Asociación de Profesionales del Hospital Roberto del
Río, una carta al señor alcalde de Independencia, expresándole nuestra
preocupación por la seguridad de nuestros pacientes. Al no obtener
respuesta solicitamos una audiencia con el edil y fuimos a manifestarle
personalmente el inconveniente y el peligro que significa para nuestros
niños circular por la calle para llegar a tener atención médica. No
fuimos escuchados y en respuesta obtuvimos más comercio (si es que era
posible) frente al acceso principal.
Un par de meses después enviamos una segunda carta que tuvo el mismo
final que la primera. Y, recientemente, una tercera con idéntico
destino.
No conformes con lo injusto, poco seguro e impresentable que es
“vender comida rápida en el acceso de un hospital de niños”, escribí al
Ministerio de Salud quien fiscalizó los lugares pero no cerró ninguno.
Asimismo, pensando que la Intendencia de Santiago tenía ingerencia en
los lugares públicos, envié una solicitud de despeje de la vereda. La
respuesta fue que había que conversar con el alcalde para resolver el
problema.
En resumen, no hay solución posible si el alcalde no quiere. Como
vienen elecciones municipales, probablemente no ganará votos entre los
comerciantes si los retira del lugar que no fue diseñado, planeado ni
cuidado para ese fin.
Independencia cuenta con muchos terrenos vacíos, feos y sucios que
podrían usarse para que esta gente trabaje dignamente sin pasa a llevar
los derechos de los demás, especialmente niños y enfermos.
Cabe destacar que en varias ocasiones, diferentes directores del
hospital han intentado que la municipalidad solucione este problema, sin
obtener resultados positivos.
Adjunto una de las cartas que hemos enviado al alcalde
-donde se advierte el riesgo sanitario por la manipulación de alimentos
en puestos de venta que no cuentan con agua potable- y un comprobante con la solicitud que hice al gobierno central.
En las últimas semanas se ha sumado al paisaje una toma de al menos
cuatro personas con muebles, camas, cocina y enseres personales, que se
ubicaron justo detrás de los puestos de comercio que obstruyen el acceso
vehicular.
(*) La autora es pediatra infectóloga del Hospital Roberto del Río