Detenido el sábado en Nueva York por los presuntos abusos sexuales a una camarera de hotel, el ex ministro de Finanzas francés debería haberse reunido el domingo en Europa con la canciller alemana, Angela Merkel, para hablar sobre el deterioro de la situación en Grecia. De hecho, su salida dejaría al gobierno del primer ministro Giorgos Papandreu sin un aliado clave y dificultaría la negociación de un nuevo paquete de ayuda al que se oponen los votantes alemanes y de otros países nórdicos europeos.
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