Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

jueves, 5 de mayo de 2011

Banca chilena: The Matrix

Columnas
5 de Mayo de 2011
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Gonzalo Arenas
Diputado UDI
Hay películas que marcan generaciones. En mi generación, sin duda, en materia de ciencia ficción, tuvo una repercusión muy importante la película “The Matrix”, estrenada en 1999 y que ganó nada menos que cuatro premios Oscar y  terminó siendo una trilogía: “The Matrix”, “The Matrix Reloaded” y “The Matrix Revolutions”.
Menciono esta película pues su trama permite ejemplificar una realidad muy similar a la expuesta por ese film. Me refiero a la realidad del sistema bancario de nuestro país, fuertemente cuestionado en el último tiempo por las recientes declaraciones del presidente del Banco Central sobre lo inexplicable de las altas tasas en los créditos de consumo que se entregan a todos los chilenos.
¿De qué trata la película The Matrix? Bueno, los seres humanos han sido nada menos que esclavizados por las máquinas e inteligencias artificiales creadas por los mismo hombres, las que se han terminado rebelándose en su contra.
Los seres humanos esclavizados lo están no en una forma burda y primitiva (seres encadenados de pies y manos, llevando piedras de un lado para otro). ¡No! ésta esclavitud es mucho más sutil. Los seres humanos están en estado de suspensión, con sus mentes conectadas a una “simulación social”.
Para llegar al fondo del asunto, más que encargar nuevos estudios -que siempre nos mostrarán la ilusión colectiva construida por el sistema bancario de nuestro país-, es necesario ir más allá del mesón de las instituciones financieras, es necesario introducirse en las lógicas de su funcionamiento.
Matrix es una simulación virtual, es una verdadera ilusión colectiva de que todo funciona bien y que permite explotar a las personas sin que protesten o se resistan.
¿Por qué se ha construido esta ilusión colectiva? Porque sólo así el sistema puede explotar a los seres humanos sin que protesten y sin que se den cuenta.  Mientras los mantienen engañados con esta “ilusión colectiva”, las máquinas e inteligencias artificiales les roban su energía, lo que permite al sistema seguir funcionando.
Una situación parecida ocurre con nuestro sistema bancario. A simple vista parece sólido, estable, justo y competitivo. Al menos es lo que señalan la mayoría de las autoridades y los estudios sobre el grado de competencia del sector.
El último de dichos estudios, es el encargado por la propia Fiscalía Nacional Económica y que fue realizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, llamado “Competencia en Servicio Bancarios a Personas”, de diciembre de 2010.
Un estudio serio y completo, que si bien detecta algunas deficiencias del sistema, en general considera que nuestro mercado bancario es serio, competitivo y con utilidades razonables.
Es, además, lo que uno escucha en todas las discusiones de “expertos” y en los pasillos del Congreso Nacional cuando se trata de regular ciertas materias de dicho negocio.
Sin embargo, el propio presidente del Banco Central ha señalado que a pesar de todo ello, no tiene explicación razonable para las altas tasas de intereses cobradas por la Banca en sus créditos de consumo, los que están muy por sobre los estándares internacionales.
¿Qué ocurre entonces? En The Matrix unos pocos seres humanos se han mantenido libres y son aquellos que intuyen, pero sin mucha certeza aún, de que algo no funciona bien en el ilusorio mundo en el que viven.
“Wake up Neo. The Matrix has you …Follow the white rabbit …. Knock knock Neo.”
El protagonista de Matrix (Keanu Reeves) utiliza el nombre de Neo. Es a él a quien le llega el mensaje que hemos citado, en donde se le advierte que esta realidad virtual lo posee y que es necesario que despierte y que se dé cuenta de lo que ocurre en realidad.
Follow the white rabbit” (Sigue al conejo blanco), es una alusión al famoso conejo blanco del libro “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” y que, siguiéndolo a él, Alicia logra descubrir un mundo totalmente desconocido.
Lo mismo nos ocurre en el sistema bancario chileno. Algunos intuyen que algo no funciona, que -a pesar de las apariencias- hay algo que no va acorde con un mercado supuestamente serio, competitivo y transparente.
Esta no correspondencia entre las características del mercado bancario y sus productos a los consumidores, se refleja en un resultado que es incompatible con las características que hemos señalado, es decir, con tasas de interés altísimas e inexplicables, como señala el propio presidente del Banco Central.
Para llegar al fondo del asunto, más que encargar nuevos estudios -que siempre nos mostrarán la ilusión colectiva construida por el sistema bancario de nuestro país-, es necesario ir más allá del mesón de las instituciones financieras, es necesario introducirse en las lógicas de su funcionamiento. Hay que seguir a un “conejo blanco”, que nos permita descubrir la real dinámica del mercado crediticio en Chile y cómo éste se ha convertido en fuente de esclavitud y pérdida de energías (al igual que en Matrix) y recursos para muchos chilenos.

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