AFGANISTÁN | En una protesta por la quema de un Corán en EEUU
Una veintena de trabajadores de la ONU muertos en el ataque a su sede en Afganistán
El humo sale de la oficina de la ONU tras el ataque. | AP
- Hombres con palos y piedras atacaron su sede. Dos murieron decapitados
- Interior confirma que los guardias civiles de Mazar-e-Sharif están bien
- Según la policía, también han muerto cinco manifestantes
- Según el gobernador, los insurgentes aprovecharon la protesta para atacar
Diversos trabajadores de la ONU han muerto este viernes en un ataque contra las oficinas de este organismo internacional en la ciudad de Mazar-e-Sharif, en el norte de Afganistán, según lo ha confirmado a EL MUNDO el portavoz de las Naciones Unidas, Kieran Dwyer, quien, sin embargo, no quiso detallar el número de víctimas.
"La situación es aún muy confusa", argumentó. Las primeras informaciones, que citaban fuentes policiales, hablaban de ocho empleados extranjeros de Naciones Unidas -dos de ellos decapitados- muertos y cinco manifestantes. Sin embargo, unas horas después fuentes de Naciones Unidas citadas por Reuters advertían que la cifra de víctimas podría ser de hasta 20 fallecidos, entre trabajadores extranjeros y locales del organismo, así como soldados nepalíes que protegían el complejo.
El representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en Afganistán, Staffan de Mistura, se ha desplazado a Mazar-e-Sharif dada la gravedad de la situación. El secretario general del organismo, Ban Ki-moon, tachó el ataque de "atroz y cobarde".
Los manifestantes que asaltaron las oficinas de la ONU protestaban contra la quema de un ejemplar del Corán que tuvo lugar varios días atrás en Florida, en Estados Unidos. Los medios de comunicación locales mostraron imágenes de hombres con palos y lanzando piedras contra las instalaciones de la ONU, y gritando consignas en contra de la presencia de extranjeros en Afganistán.
"Los insurgentes han aprovechado la situación [propiciada por la protesta] para atacar el complejo de Naciones Unidas", dijo el gobernador, Ata Mohammad Noo, en una comparecencia tras el asalto.
El Ministerio del Interior ha confirmado que la decena de agentes de la Guardia Civil que están en la localidad afgana están a salvo y se encuentran bien.
La ONU ha decretado el estado de 'ciudad blanca', que quiere decir que ninguno de sus trabajadores, ni extranjero ni nacional, puede salir a la calle por razones de seguridad.
En octubre del 2009 cinco extranjeros de la ONU también fueron asesinados en un ataque contra su residencia en Kabul. El atentado provocó una desbandada generalizada: la ONU evacuó buena parte de su personal extranjero, o lo trasladó a ciudades como Herat y Mazar-e-Sharif, al considerarlas más seguras que Kabul. De hecho, Mazar-e-Sharif se creía una localidad especialmente tranquila, donde no se habían dado ataques contra extranjeros.
"La situación es aún muy confusa", argumentó. Las primeras informaciones, que citaban fuentes policiales, hablaban de ocho empleados extranjeros de Naciones Unidas -dos de ellos decapitados- muertos y cinco manifestantes. Sin embargo, unas horas después fuentes de Naciones Unidas citadas por Reuters advertían que la cifra de víctimas podría ser de hasta 20 fallecidos, entre trabajadores extranjeros y locales del organismo, así como soldados nepalíes que protegían el complejo.
El representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en Afganistán, Staffan de Mistura, se ha desplazado a Mazar-e-Sharif dada la gravedad de la situación. El secretario general del organismo, Ban Ki-moon, tachó el ataque de "atroz y cobarde".
Los manifestantes que asaltaron las oficinas de la ONU protestaban contra la quema de un ejemplar del Corán que tuvo lugar varios días atrás en Florida, en Estados Unidos. Los medios de comunicación locales mostraron imágenes de hombres con palos y lanzando piedras contra las instalaciones de la ONU, y gritando consignas en contra de la presencia de extranjeros en Afganistán.
"Los insurgentes han aprovechado la situación [propiciada por la protesta] para atacar el complejo de Naciones Unidas", dijo el gobernador, Ata Mohammad Noo, en una comparecencia tras el asalto.
El Ministerio del Interior ha confirmado que la decena de agentes de la Guardia Civil que están en la localidad afgana están a salvo y se encuentran bien.
La ONU ha decretado el estado de 'ciudad blanca', que quiere decir que ninguno de sus trabajadores, ni extranjero ni nacional, puede salir a la calle por razones de seguridad.
En octubre del 2009 cinco extranjeros de la ONU también fueron asesinados en un ataque contra su residencia en Kabul. El atentado provocó una desbandada generalizada: la ONU evacuó buena parte de su personal extranjero, o lo trasladó a ciudades como Herat y Mazar-e-Sharif, al considerarlas más seguras que Kabul. De hecho, Mazar-e-Sharif se creía una localidad especialmente tranquila, donde no se habían dado ataques contra extranjeros.
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