Se presagiaba, el ambiente no era bueno, el proyecto de ley sobre la calidad y equidad de la educación se aprobaría en el parlamento sí o sí, sería como todo lo que hoy es augurio, nefasto y decadente, ya que las cadenas de intereses entre los políticos y empresarios son comunes, los compromisos en círculos cerrados, donde la ciudadanía no tiene participación, sólo la de quedar estupefacta y sin poder explicarse el porqué de ciertas tomas de decisiones, siempre pensando que no se puede confiar en nadie, porque el poder de los sucios pesos involucra a los que nos representan, convirtiéndolos en muchas oportunidades, en engendros al servicio del capitalismo.
No hay que enceguecerse en estos días al fragor de una unidad opositora, ya que la concertación abonó el camino para llegar a esto, la concertación ya había mostrado el camino de despedida a la educación pública. No olvidemos la movida para sacar a la ex ministra Provoste, acusándola de haber faltado a su responsabilidad en cuestiones que siempre y hasta el momento, aún siguen ocurriendo en los colegios, como por ejemplo la adulteración de la asistencia, producto del sistema de pago por asistencia y no por alumno matriculado, como si los alumnos no tuvieran derecho a enfermarse o a faltar a clases. Tampoco olvidemos a la mujer de la mueca irónica, a quien le llegó un jarrazo con agua por parte de una estudiante, que exasperada por el acostumbrado gesto robótico de la que en ese momento se encargaba del Ministerio de Educación, le lanzó en pleno rostro agua ¿acaso la salida de la ex Ministra de Educación Provoste no sería tan intencional, como intencional fue que después entrara al Ministerio quien tenía intereses en la educación particular subvencionada? o sea, la ministra de la jarra. Y no olvidemos, también en el gobierno de la concertación, las protestas acalladas con calmantes muy bien estudiados, después de la revolución de los pingüinos...
La educación no se puede ver sólo como un período en la vida de las personas, sino que se debe ver como una actividad a lo largo de toda la vida y en su relación directa con todos los seres humanos que habitan un país y que deben construir la toma de conciencia a través de ella; conciencia de defender la tierra, el ambiente, nuestros recursos, nuestra cultura y de esta manera poder exigir y construir desde la base el respeto por la vida y el ser humano.
La educación desde la base en un país realmente democrático no propende a la elitización del intelecto, sino que pretende el más puro y sincero fin de lograr que todos los ciudadanos, sean capaces de pensar y emitir juicios valóricos de acuerdos y desacuerdos, ciudadanos capaces de discernir para después construir imaginarios sociales, planteándose como objetivo transversal la formación de personas que se reconozcan en la búsqueda de su identidad cultural.
No conocer ni reconocer nuestras raíces es altamente peligroso, también lo es no asumir la defensa identitaria de nuestra tierra, ya que entonces no se asume el vigor de defender los recursos naturales que nos pertenecen a todos los chilenos en propiedad; así, la globalización que no es otra cosa que un imperialismo disfrazado, ejerce su dominio a través de una cultura impuesta con la llegada de multinacionales a nuestro país, empresas que si no son capaces de respetar la vida por sobre los intereses de poder económico, menos respetan los lugares patrimoniales donde existen vestigios ancestrales que son nuestras referencias de identidad y de raíz; y un pueblo sin identidad cultural es un pueblo indefenso, dominado por un invasor convincente y globalizador.
El problema es que nos quedamos sin reacción frente a la invasión de las transnacionales, frente al robo de nuestros recursos y frente a la destrucción de nuestro ambiente; así también vemos pacíficamente la corrupción, vemos el saqueo de nuestros recursos siendo incapaces de reaccionar, terminamos aceptando la injusticia social como parte de nuestra vida.
La solución está en la educación como herramienta de cambio, en el plano individual y social. El profesor debería ser un comunicador responsable y pensante, pero ahí en ese punto, los engendros del capital son instruidos para evitarlo a como dé lugar, por lo tanto se reúnen y crean una serie de subterfugios para que al profesor no le quede tiempo para pensar en la sociedad, en la política y en todo lo que pueda hacerlo librepensador. Lo cansan, le dan malos tratos laborales, algunos trabajan en la indefensión, le exigen responsabilidades absurdas y agotadoras, donde los obligan a desarrollar una serie de tecnicismos administrativos y pedagógicos que finalmente en la práctica no sirven para nada, ya que no conducen a objetivos comunes que vayan en beneficio de la educación y el conocimiento propiamente tal; y desde el día 22 de diciembre, el profesor es víctima del garrotazo más letal en la historia gremial de los últimos años.
Entonces, a través de esta cadena, tenemos a profesionales de la educación incapaces de preocuparse de cuestiones reivindicativas que atenten en contra de la ciudadanía, por lo tanto el producto de estos profesores no son ciudadanos capaces de defenderse cuando las transnacionales agresivamente vulneran a su pueblo, pasando sobre la vida agrícola, contaminando las aguas, el aire, la tierra, destruyendo comunidades, destruyendo bienes patrimoniales comunes; porque un pueblo sin una buena educación pública es mano de obra barata para quien lo quiera explotar; o sea, para el extranjero usurpador y para quienes profitan de ello, respaldados por una legislación deficiente y gobiernos corruptos que nos utilizan para sus intereses económicos.
La indefensión educativa lleva a la permisibilidad, entonces no reaccionamos frente a la destrucción, a los daños sociales y ambientales, las personas no reaccionan a pesar de las enfermedades letales que esto conlleva y que pasan por alto en pro del enriquecimiento de la clase empresarial y sus colaboradores, que hacen vista gorda frente a situaciones que provocan consecuencias ambientales irreversibles; como por ejemplo: daño irreparable a cauces de ríos, daños a la flora, fauna y sistemas productivos del sector inmediato a un accidente ambiental, desabastecimiento de agua potable, corte de agua de los canales afectados por un accidente, preocupación e incertidumbre por la utilización del agua de consumo humano y de riego, pérdidas en el sistema económico local, daño social y psicológico de las comunidades afectadas, o sea, en síntesis "violación de los Derechos Humanos".
En un sistema de educación transversalmente democrático y concientemente social se enseñaría que "el agua y la vida no se negocian". Si realmente existiera una política educacional de calidad y equidad se formarían ciudadanos capaces de reaccionar en contra de la destrucción del ambiente, ciudadanos capaces de defender su identidad cultural, pero para esto la educación debe responder de acuerdo a un proyecto de construcción de país y ¿qué país tenemos? Si el pueblo no tiene acceso a una educación de calidad y se mantiene en la ignorancia, no se sabe defender del abuso en contra de la destrucción de su entorno natural, y que además, significa la pérdida de su identidad a través del desaparecimiento de sus comunidades y su forma de vida.
Desde la dictadura genocida de Pinochet, hemos recorrido un camino hacia la cultura del absurdo y de lo que vende y en esto la responsabilidad de los medios de comunicación es fundamental. El perfil del profesor es determinante, porque si tenemos profesores sometidos, evadidos en este modelo comunicacional, que validan lo que se transmite a través de los medios, que no tengan un pensamiento sociocrítico, profesores sin carácter, no podemos hablar de actores educativos que sean también actores culturales. También están presentes las responsabilidades individuales frente a la conveniencia del gobierno de turno y nuevamente aparecen dentro de este marco las conveniencias de las transnacionales, ya que dominan con su poder económico lavando su imagen a través de auspicios y publicidad, que construyen imaginarios publicitarios con que van canonizando a la ciudadanía, imponiendo sus anti valores, convenciendo a todo el mundo de sus pseudos fines decadentes.
Actualmente, se aprobó una ley de educación en el parlamento, pero eso no es lo más drástico, su titulo de ley que defiende la "calidad y equidad de la educación..." es sólo un distractor, ya que hacia lo que realmente apunta es en contra de la estabilidad laboral, punto fundamental que mueve todo el engranaje social y psicológico de uno de los protagonistas de la educación: el profesor, entonces ¿cómo podremos quebrar la circunvalación de la ignorancia si vamos a tener al profesor en una situación de miedo permanente por causa de la inestabilidad laboral?
Tenemos una sociedad fragmentada, entonces nuestra respuesta debería ser la educación como interdisciplina; tenemos la acción nefasta de los medios convencionales de comunicación en contra de la cultura y el arte; nos dan represión, que no permite libremente la participación ciudadana; tenemos profesores asustados y deberíamos tener profesionales que se defienden; existen intereses personales en contra de intereses colectivos; y ellos, los engendros del capital, buscan un modelo de educación que entregue "mano de obra productiva" en contra de ciudadanos que piensen. Por lo tanto, estamos frente a un modelo verticalista y dominador que está frontalmente en contra de nuestra identidad cultural y ambiental, que nunca va a trabajar por el gran objetivo: "defender la vida".
¡Hay que derrotar la muerte! defendiendo la vida, pero ¿qué se hace por defender a los seres humanos en vulnerabilidad social permanente? ¿qué es lo que hacen las autoridades políticas y de gobierno para este fin? ¿qué hacemos nosotros para defender nuestra identidad cultural, nuestros recursos naturales y el ambiente? Si para defenderlos se necesita un país educado, conciente y organizado en pro del conocimiento sobre el tema y la participación ciudadana. Cada vez se hace menos posible en nuestro país la lucha por una educación pública dentro del concepto de una educación de vida, para la vida y a lo largo de la vida.
En Chile, como en otros países intervenidos por transnacionales, existen circunvalaciones miserables que destruyen a la sociedad como órgano vivo y democrático. Los medios de comunicación de masas convencionales se ponen a disposición de las transnacionales, es más, ellos se convierten en sus dueños, la autoridad gubernamental confabulada se pone a disposición de ellas ejerciendo represión agresiva o pacífica en contra del pueblo, por lo tanto, está a la vista que el fin es crear esta circunvalación del dominio a través de la ignorancia y el miedo. Ejemplos de esto hay en todo Chile, me refiero al cerco comunicacional mediático y represivo: la invasión de la megaminería, las termoeléctricas al servicio de la megaminería, los casos de Isla de Pascua, Pascua Lama, el pueblo Mapuche, Caimanes... todos conflictos que vienen a responder la pregunta ¿por qué es importante para este modelo económico que no haya una educación pública de calidad y equidad en nuestro país? voy a responder paradojalmente con otra pregunta
¿cómo se domina mejor a un pueblo, con el pan y circo de la ignorancia o con una educación que propenda al desarrollo intelectual e interior del individuo? El cambio debe ser profundo y en este momento no existirá ley de la república que pueda remediar el daño que por décadas ha sembrado el capitalismo en nuestro Chile, que a decir verdad cada vez es menos nuestro y más de este imperio globalizante e inescrupuloso que no quiere la vida sino la muerte.
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