En 2006 se decidió que este nivel debería ser incorporado en la oferta de los colegios debido a su trascendencia. Sin embargo, aún son pocos los establecimientos que se han adecuado, especialmente entre los municipales y subvencionados.
Hoy todos están de acuerdo con la importancia de la educación preescolar, sin embargo, sólo el 56% de los niños de entre cuatro a cinco años asiste a prekínder, según estadísticas del Ministerio de Educación.
Por eso, en 2006 se acordó que las escuelas asumieran la cobertura de los dos primeros niveles de transición, ya que el período es clave para el resto de la educación escolar. Desde entonces, la oferta ha aumentado al doble, pero todavía no es suficiente. El 53% de los establecimientos del país no ofrece prekínder, según datos del Mineduc.
Sólo en la educación particular el nivel de cobertura es más alto, ya que el 78% de los recintos educativos posee matrícula para este nivel. En el sistema público, el 56% de establecimientos que dependen del departamento municipal no dicta el curso y el 42% de las instituciones dependientes de las corporaciones tampoco lo hace.
La realidad del mundo particular subvencionado no es muy distinta, ya que en la mitad de las instituciones no existe prekínder como una opción.
A la escasa oferta educativa se suma la poca valoración por este nivel educativo. Según un estudio de Prourbana de la Pontificia Universidad Católica y el observatorio social de la Universidad Alberto Hurtado, la mayoría de la población percibe que la educación escolar empieza en kínder y que cuando el niño se integre a éste aprenderá rápidamente lo que no adquirió en prekínder. Sin embargo, ello no necesariamente sucede. Se estima que hay ciertas habilidades cognitivas y de adaptación social que se adquieren en prekinder, que luego se pueden recuperar parcialmente en el curso siguiente.
"El prekínder ayuda a formar hábitos para prepararse para la vida escolar, que lo ayudarán a aprender en los cursos siguientes", asegura Tonia Razmilic, educadora de párvulos y académica de la UC.
Por ejemplo, el estudio de la Católica encontró que de aquellos menores que presentaban déficit cognitivo en prekínder, la mitad logró un desarrollo normal en kínder.
Otras de las habilidades que se potencian en el primer nivel de transición de la escuela son las de adaptación al colegio y que permiten al menor participar del proceso de aprendizaje, como, por ejemplo, seguir instrucciones y quedarse sentado en su puesto.
"El prekínder es muy importante porque los niños deben tener un aprendizaje continuo, que les facilite la trayectoria para entrar a kínder. Y la mayoría debería hacerlo en el colegio, para que tengan más apego a él", dice María Isabel Díaz, académica de la Universidad Diego Portales.
Los más vulnerables
Ir a prekínder es especialmente relevante en los estratos de menor nivel socioeconómico, ya que, en casa, no tienen un nivel cultural que estimule adecuadamente al menor. Según el estudio, el 53% de los alumnos que no asiste a prekínder está bajo la línea de la pobreza. Sin embargo, aún entre los hogares de mayor capital cultural (con educación superior completa) existe cerca de un 20% de los niños que no asiste a prekínder
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