Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

jueves, 30 de julio de 2009

MENSAJE DE JORGE PAVEZ.

poder tras bambalinas

Jorge Pavez Urrutia

Fuerza Social y Democrática


Para nadie es una novedad la enorme concentración de poder que se oculta a través de la propiedad de los medios de comunicación. La posibilidad de difundir masivamente la pluralidad de visiones y de pensamientos, en Chile hace rato que está vedada. Lamentablemente, hay que decirlo, mucha de esa responsabilidad les cabe a los gobiernos de la Concertación, que han permitido que sucesivamente distintos medios fueran desapareciendo.

Hace pocos días vi en TV cable una película muy interesante, cuyo contenido guarda relación con lo que comentamos. Dejaba de manifiesto cómo el poder económico intentaba por todos los medios, lícitos e ilícitos, que una verdad no saliera a la luz. Se trataba del esfuerzo de un periodista, en Estados Unidos, por conseguir que un científico conocedor del empleo de productos químicos para hacer más adictivo el tabaco se atreviera a entregar su testimonio a través de una entrevista que sería vista por millones de televidentes en uno de los programas de mayor audiencia.

Lo que revelaba la película es algo no muy distinto a lo que ocurre en Chile: la maquinaria del poder económico y de influencias de las empresas tabacaleras obligaba a la no emisión de la entrevista y, paralelamente, desarrollaba una campaña de desprestigio contra quien había tenido el valor de enfrentarlas.

Todo esto me viene a la mente cuando luego de la multitudinaria proclamación de Alejandro Navarro, El Mercurio ningunea el acto señalando que lo habían acompañado sólo algunos cientos de adherentes; y La Tercera, mucho más audaz en su ninguneo, informa en una breve nota que lo más llamativo había sido la participación de un grupo de baile y de los payasos Los Tachuelas.

Este mismo diario, en su edición del domingo, difundía en grandes titulares, en primera página, los resultados de una encuesta, supuestamente seria, que revelaba importantes cambios en la intención de voto. Para nada se decía que ésta había sido elaborada a través de consultas telefónicas en que no participaron más de 800 chilenos.

Al igual que otras veces, el poder del dinero intenta manipular nuestras conciencias, empequeñeciendo una información y agigantando otras sobre bases absolutamente febles, distorsionando sistemáticamente la realidad y adormeciendo la conciencia nacional, haciendo ver aspectos positivos donde sólo se esconde falsedad y engaño.

En algunos meses más nuestro país deberá decidir quién será Presidente y, a su vez, tendrá que elegir a la mayoría de los integrantes del Parlamento. No cabe duda que para decisiones tan importantes es necesario que podamos asistir a un verdadero debate de ideas y propuestas, nos gusten o no, para que, en definitiva, los ciudadanos puedan votar informadamente.

Nada de ello está ocurriendo. Lo que sale a luz pública y conocen los chilenos, más que propuestas, son fundamentalmente situaciones faranduleras, pequeñeces, sin mostrar lo que de verdad importa, la cara verdadera del candidato, y no la careta tras la que se esconden responsabilidades de fondo en el actuar público de cada uno de ellos.

Es grave que Piñera oculte un suceso que aparentemente significó un tratamiento privilegiado y que ahora señale, muy suelto de cuerpo, "tengo las manos limpias". También lo es que aparezca silenciado el hecho de que el anterior gobierno de Frei, por razones de Estado, decidiera cerrar la investigación respecto a ilícitos que afectaban a uno de los hijos de Pinochet en el llamado caso Pinocheques.

Los chilenos podemos estar informados al detalle de lo que pasa con la vida íntima de una modelo o de un personaje de la farándula. Sin embargo, situaciones que debieran salir a la luz pública se convierten en cenizas. ¿Es posible dimensionar cuánto poder se puso en marcha para que el ex contralor Aylwin ordenara, dentro de sus atribuciones legales, la quema de toda la documentación que pudiera haber dado cuenta de las responsabilidades relacionadas con oscuros procedimientos de compra de armamentos?

Cabe también preguntarse: si esto ha ocurrido en democracia, por la presión de los mismos poderes de siempre, cuánto más no se habrá incinerado para ocultar verdades que involucran no sólo a militares, sino que a conspicuos civiles que ocupan respetados cargos. Al fin y al cabo, da la impresión de que los enormes poderes de los grupos empresariales, de la Iglesia Católica, de las Fuerzas Armadas, continúan allí, ocultos en las sombras, pero ordenando día tras día qué debe saber y qué debe ser ocultado a los chilenos.

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