Estimados y estimadas colegas
asambleistas.
Hace un poco rato ha terminado de manera penosa la
Asamblea Nacional. En mis años de dirigente he visto más de una situación
bochornosa, pero creo que esta es una de las mayores. Y siento tristeza por ello
ya que veo en lo acontecido una expresión de la grave crisis que vivimos como
gremio.
El intento de imponer la composición de la
comisión de reforma estatutaria de manera centralizada fue rechazado por
una amplia mayoría de la asamblea. Lo que la gente rechazó fue un
procedimiento de cúpulas que ya nadie quiere; un viejo estilo que supone que la
base es manejable por los dictados centralistas de Santiago y los partidos. Esa
manera desgastada y autoritaria de proceder que es la causa principal del
descredito de la política y que afecta también a los gremios y
sindicatos.
Al momento de votar es evidente que se produjo una
votación confusa y desordenada. Al producirse un resultado que fue casi empate
(65 x 64) supuestamente en favor de la imposición centralista de los partidos,
hubo personas que manifestaron que se habían confundido en la votación lo que de
manera lógica ponía en duda el resultado, ya que bastaba una
sola persona equivocada en su voto para que se modificara la
decisión. Lo lógico y razonable era repetir la votación, lo que hubiera dejado a
todos tranquilos y seguros de la legitimidad del resultado, pero de manera
incompresible el presidente (y quienes le apoyaban en la mesa) mantuvo la
decisión y ante la insistencia de muchos asambleistas para que se repitiera
la votación, de manera autoritaria y abrupta dio por terminada
la asamblea. Insólito porque además faltaba otro importante tema por
tratar. Otro aspecto inaudito es que de acuerdo a la propuesta del colega Soto y
el Presidente, la mayoría de la comisión será de la Derecha, la que tendrá 3
representantes en desmedro de las demás fuerzas que tendrán 2, 1 o
ninguno.
Creo no estar exagerando ni distorsionando los hechos,
quienes estaban presentes podrán confirmar o desmentir mi
descripción.
Frente a lo acontecido, en mi opinión grave, creo que
esa comisión que se ha formado no tiene la legitimidad que requiere un tema tan
importante. Insistir en imponerlo es un tremendo error que en nada ayudará
a lograr una buena modificación es los estatutos y mucho menos
a ir saliendo de la sería crisis que se vive. Es una torpeza insistir en imponer la decisión de las cúpulas
partidistas, lo mejor y más sano sería rehacer todo en la próxima asamblea y
elegir la comisión con calma y con verdadero respeto a la voluntad de los
asambleistas para elegir a quienes los representen. Es de sentido común y esa
sería la actitud democrática y responsable con el devenir de nuestra
organización.
Por mi parte, les informo que no estoy dispuesto a ser
parte de una comisión seriamente cuestionada en su génesis. Por ello les anuncio
mi renuncia a participar de ella en tanto no se corrija esta decisión
centralista. Y ello solo se puede hacer en una nueva asamblea. Si se insiste en
hacer funcionar una comisión escasamente representativa, entonces no se podrán
esperar los cambios de fondo que requiere nuestro gremio. Lamento mucho tener
que retirarme, pero una actitud de mínima coherencia me impide ser parte de
un procedimiento que no comparto y que considero dañino para nuestro
gremio.
Les saluda fraternalmente
MARIO AGUILAR A.
Prosecretario Nacional
Colegio de Profesores de Chile
Movimiento Refundación
Prosecretario Nacional
Colegio de Profesores de Chile
Movimiento Refundación